El año más violento

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En una sociedad tan competitiva como la nuestra (me refiero a occidente en general) progresar cuesta sangre, sudor y lágrimas. Ya no basta con estudiar o prepararse para ser el mejor en tu campo y dar lo mejor de ti mismo, pues las trabas que va a ponerte la vida van a salirte al paso tratando de impedir que alcances tu ansiado objetivo. A aquellos que piensan que optar por el camino del trabajo duro y el esfuerzo siempre termina con un final feliz se los termina comiendo la realidad; la fórmula es más complicada que la mera combinación de esos factores. En un mundo que se asemeja a un mar de tiburones hambrientos y fieros los problemas se multiplican exponencialmente con el número de rivales que habitan ahí fuera, dispuestos a arrebatarte lo tuyo. Y ya se sabe… tanto en el amor como en la guerra las malas artes valen lo mismo o incluso más que las legítimas, factor que pone las cosas aún más difíciles a quien todavía conserva un mínimo de escrúpulos y algo de ética. Todo esto se podría resumir en una sola frase: «El poder tiene un precio». Y somos nosotros quienes decidimos lo caro que vamos a pagar por él.

El año más violento (A Most Violent Year; J.C. Chandor, 2014) trata básicamente de lo que acabamos de exponer, pues nos cuenta la historia de un empresario de Nueva York que trata de consolidarse como el líder en su sector a pesar de las continuas presiones (lícitas e ilegales) a las que se ve sometido no solo él, sino también su familia. Estamos ante una película que pone en su punto de mira las debilidades de una sociedad que parece víctima de su propia codicia, ya que parece destinada a que los valores cercanos al humanismo o la solidaridad sucumban a la ambición desmedida y la ley del más fuerte. Con A Most Violent Year, el director que nos trajese Cuando todo está perdido (All is Lost, 2013) cambia totalmente de tercio y nos trae un contenido drama crepuscular con aires neo-noir y ecos «lumetianos«. La corrupción y la podredumbre se torna la protagonista absoluta de la temática que se propone y tiñe de tonos ocres todos los sectores y estamentos de una ciudad que por entonces vivía su año más violento, estadísticamente hablando. En este contexto, la moral y los preceptos que normalmente aceptamos como algo inherente al prototípo de triunfador se relativizan haciendo que lo que antes eran dogmas incontestables entren en conflicto. Los dilemas que se desprenden de esta situación se postulan como los protagonistas absolutos de una historia que también tiene otros atractivos, pero que cuenta con su trasfondo temático como principal pilar. ¿Merece la pena cumplir con los códigos legales para salir adelante en un mundo que parece infecto de avidez o es imposible no ceder ante tanta decadencia para terminar convirtiéndonos en una bestia más? La duda permanece durante las dos horas aproximadas que dura la cinta, aunque como ya hemos señalado, su tono crepuscular y tenso no da lugar a conservar demasiadas esperanzas, pues A Most Violent Year es una especie de elegía a la cultura del progreso social, el cual parece haberse ahogado en un esquema de valores en el que la violencia y la agresividad parecen las herramientas fundamentales para conseguir un ya distorsionado y decrépito Sueño Americano.

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El año más violento no funcionaría como lo hace si no contase en su reparto con dos actores principales de la talla de Oscar Isaac y Jessica Chastain. El primero, encarna a la perfección a un hombre obcecado en conseguir sus objetivos, en la medida de lo posible, por la vía de lo cabal; ejemplo de contención y siempre comedido, el actor que nos asombró con A propósito de Llewyn Davis (Joel & Ethan Coen, 2013) ejecuta un trabajo brillante el cual, guardando una lógica distancia, remite (repito, muy lejanamente) a aquel joven Pacino de aires latinos que encarnó a Corleone. No creo que sean pocos los que se acuerden de éste cuando vean tanto el aspecto físico de Isaac como algunas de las características de su personaje, pues ese halo de frialdad ambigüa y ese aire de hombre en eterna «calma tensa», a caballo entre el prototipo de empresario de éxito y hombre poderoso, además de familiar, nos tendrá en vilo esperando que se desate una tormenta que, por desgracia, estalla solamente en puntuales ocasiones. Por su lado, Jessica Chastain encarna (arrebatadoramente) un personaje mucho más pasional e incluso interesante que el de Oscar Isaac. Hasta tal punto le gana en dimensiones, que más de una vez nos las veremos deseándonoslas de ver si se termina por rebelar (las escenas donde hay conatos de subversión son impresionantes) y adueñarse de la historia, aunque, por desgracia, esto tampoco ocurre, ya que su rol se verá casi siempre relegado a obedecer las decisiones de su esposo.

En cuanto al apartado técnico de la cinta cabe decir que se pone un especial énfasis en la contención y la pausa. A pesar de lo que sugiere su título, no estamos ante una película de frecuentes estallidos de violencia, al menos física. Eso sí, la tensión emocional permanece durante gran parte de un metraje que, a pesar de antojarse innecesariamente excesivo y padecer de algunos altibajos en más de uno de sus tramos, nos recompensa con alguna escena memorable y un final tan lógico como acertado. Quizás pueda decirse que en la trama de El año más violento es más relevante lo que se subyace en los gestos y los diálogos que en todo lo demás, aunque por otro lado, cuando el caos finalmente se desata, J.C. Chandor demuestra que también sabe cómo ponernos el corazón en un puño. Por tanto, estamos ante un ejercicio de estilo que, aunque no destaca por su originalidad y casi huele más a homenaje que a otra cosa, funciona en sí mismo. Es cierto que podemos argumentar que el resultado general peca en su deliberada moderación (incluso en su música y fotografía) y podemos pensar de la misma forma que un poco más de rabia podría haberle venido bastante bien, pues tanta frialdad puede hacer mella en algún que otro espectador. Pero en términos generales podemos decir que estamos ante un trabajo por el que merece la pena pagar en taquilla.

No estamos ante una obra maestra, pero sí ante una producción a tener en cuenta, sobre todo para quienes gusten de aquellas historias sucias de los 70 y 80 donde casi nadie parecía poder escapar a la pesadilla en la que se había convertido el ya apaleado American Dream. Quizás el hecho de que El año más violento haya optado por tomar prestada la esencia de este tipo de cintas tampoco sea casual y sea un arma más para sugerir que su tema, a pesar de parecer algo pretérito, sigue de plena actualidad. Si es así, concuerdo totalmente con ello. Al fin y al cabo, nadie termina de acostumbrarse a nadar entre tiburones.

Calificación: 7/10

 
 

El_año_mas_violento_Ge_MCcartelTítulo original: A Most Violent Year

Año: 2014

Duración: 124 min.

País: Estados Unidos

Director: J.C. Chandor

Guion: J.C. Chandor

Música: Alex Ebert

Fotografía: Bradford Young

Reparto: Oscar Isaac, Jessica Chastain, Albert Brooks, David Oyelowo, Christopher Abbott,Peter Gerety, Elyes Gabel, Catalina Sandino Moreno, Alessandro Nivola, Ashley Williams, John Procaccino, Glenn Fleshler, Jerry Adler, Annie Funk, Matthew Maher, David Margulies, Ben Rosenfeld, Pico Alexander, Elizabeth Marvel, Jason Ralph, Daisy Tahan, Giselle Eisenberg, Taylor Richardson

Productora: A24 Films / Before The Door Pictures / Washington Square Films / FilmNation Entertainment / Old Bull Pictures

 

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