Dragon Ball Z: La batalla de los Dioses

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Tengo tanto que decir que no se por dónde empezar. He crecido con Bola de Dragón y para mi Goku, Vegeta, Piccolo y el resto siempre estarán en mi corazón; siempre tendrán un puesto preferente en mi memoria y, más que meros personajes, para mi siempre serán compañeros de trayecto. Sus historias, viajes espaciales, luchas y sagas son ya todo un clásico para toda una generación que en su día se alejó un poco de la animación más clásica (Fruitis, Trotamúsicos…) para adentrarse en el mundo de la animación japonesa (anime), un mundo tan inexplorado como atractivo para la muchachada de por aquel entonces, acostumbrada a series poco curradas y ñoñas, cansada quizás de ver siempre lo mismo. El anime cambio por completo la visión de la animación para muchos. El anime nos cambió por completo a unos pocos.

Cercanía y ternura, emoción y vivencias; a mi el manga y el anime me han salvado el culo,en serio. En épocas donde el aburrimiento y las relaciones sociales estaban en primer plano tanto para bien como para mal (más para mal), leer comics y ver series de animación mejoraba mi visión general del mundo encontrando el camino a seguir, siendo un apoyo fundamental para conseguir (en parte) ser quién soy a día de hoy. Recordar la época en la que me enganché a esto hace que esboze una sonrisa. Recordar el punto en el que empecé a disfrutar de esto hace que me sienta feliz por un instante, por un momento; hace que consiga aislarme en mi propio mundo pseudo-juvenil y que recuerde lo pardillo y feliz que era en mi cuarto con mi montaña de mangas y mi musiquilla puesta de fondo. Uno de esos mangas siempre fue y será Dragon Ball.

Serie de series, para mi,siempre va a estar en el podio. Tanto en su primera época (Dragon Ball) como en la segunda (Dragon Ball Z) como en parte en la, innecesaria, tercer época (Dragon Ball GT), su nivel de calidad siempre ha estado entre lo excepcional y lo aceptable, no llegando jamás a niveles infumables/deplorables ni cuando Akira Toriyama delegó su producción a su estudio (Bird Studio) para enrolarse en otros proyectos menos conocidos y, a mi modo de ver, más ramplones, como Cowa(1997-1998) o Kajika(1998), mangas más enfocados al público infantil y con una calidad más que cuestionable, muy lejos de su obra culmen.

Además de la serie regular, si por algo se caracteriza nuestra serie, es por la cantidad de películas existentes paralelas a su línea argumental, algunas de las cuales tienen el calificativo de pequeñas joyas por la calidad del dibujo y por la solidez de sus guiones. Los guerreros de Plata (Yoshihiro Ueda,1993), Fusión (Shigeyasu Yamauchi,1995) o El ataque del Dragón (Mitsuo Hashimoto,1995) se han convertido con el tiempo en filmes extraordinariamente originales, puntos de inflexión que sirvieron para complementar y dar aire a la historia principal a base de implementar a personajes nuevos (Bowjack, Broly…), dando una mayor variedad si cabe al fantástico elenco con el que ha contado la serie en todos estos años (véase Mr. Satan por ejemplo). Desde 2010, con Dragon Ball Z: Plan para erradicar a los saiyan (Shigeyasu Yamauchi), no había novedades respecto a nuevo material, hasta ahora. Hasta este año. Hasta la nueva Dragon Ball Z: La batalla de los Dioses.

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Nueva historia, mismos personajes, recuerdos y más recuerdos. En este caso nuestros saiyans favoritos deberán de pelear codo con codo una vez más (y ya son unas cuantas) para proteger la tierra contra un enemigo ultra-mega-poderoso, el Dios de la destrucción Bils. Con ánimo de descubrir el verdadero poder de los saiyan, Bils no le pondrá las cosas nada fáciles a Goku esta vez, que tendrá que dar todo lo que tiene para defender todo lo que quiere ante una amenaza real nunca vista antes.

Repetitiva y simplona, La batalla de los Dioses no aporta nada nuevo, ni le hace falta. Su verdadero poder reside en la nostalgia que provoca en el colectivo de fans de toda la vida; no le hace falta brillar para conseguir llegar al corazón de toda una generación. Solamente viendo al elenco de personajes juntos de nuevo logra hacer que el resultado final del film se aleje de la espesura insustancial en la que esta sumergido y se adentre en el terreno meramente sentimental. Si bien el apartado técnico es espectacular (demasiado digital en algunas ocasiones para mi gusto), el guión es muy justito dedicándose únicamente a mostrar personajes sin cesar y a mezclar de una forma menos brillante y efectiva, los momentos de humor, tan característicos de la serie, con los momentos de mayor tensión y acción. Mantiene en algo la esencia, aunque el resultado final carece de la efervescencia que debiera tener.

Si buscas una peli que te toque «la patata» y eres muy fan de la serie, está película no te defraudará. Para el resto de mortales puede resultar un ejercicio incompleto, estéticamente espectacular, pero incompleto. Yo soy más de los primeros.

 Calificación:5/10

 
 

Dragon_Ball_Z_La_batalla_de_los_dioses_cartel_MCTítulo original: Doragon Bôru Zetto: Kami to Kami (Dragon Ball Z: Battle of Gods)

Año: 2013

Duración: 85 min.

País: Japón

Director: Masahiro Hosoda

Guión: Yûsuke Watanabe (Cómic: Akira Toriyama)

Música: Norihito Sumitomo

Fotografía: Animation

Reparto: Animation

Productora: Toei Animation

 

 

 

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