Divergente
Misma shit, distinto envase. Las películas juveniles de este rollo me suelen dar dolor de tarro, hacen que me duela el alma por dentro en serio. Entiendo perfectamente (bueno, más o menos)que la industria cinematográfica deba vender la moto a los muchachos entre 12-16 años con pelis que les molen, pero hay veces que el resultado de las cintas es tan justo que encabrona, tan anodino y poco digerible que indigesta; es tan poco creativo que sorprende negativamente, es una patada en el chasis cercano al bajo vientre vamos. Bienvenidos al mundo bizarro-juvenil de Divergente amiguetes.
Lo único que vas a encontrar aquí es lo ya viste en la saga Crepúsculo (Catherine Headwike, 2008; Chris Weitz, 2009; David Slade, 2010; Bill Condon, 2011-2012) o en Los juegos del hambre (Gary Ross, 2012; Francis Lawrence, 2013): Chicos y chicas jóvenes luchando en distintos bandos con romances de por medio y tramas políticas infumables. En esta Divergente, la sociedad se divide en una serie de facciones (categorías/ agrupaciones/grupitos): Por una parte están los abogados/ letrados y demás peña relacionada con leyes, que forman la facción Verdad; los hippies fumados que se dedican a la siembra, felices de la vida, que forman Cordialidad; el voluntariado, que forma Abnegación; los cerebritos maquinadores y mentes privilegiadas (a lo Doctor Xavier), que son los de Erudición; y, por último, los rebeldes defensores de la sociedad llamados Osadía. Dichas facciones, Abnegación y Erudición en este caso, lucharán cara a cara para conseguir acaparar el poder y el control en este mundo, lo cual alterará de forma extrema el equilibrio entre el resto de facciones y de la sociedad en general, pillando en el medio a nuestra protagonista principal Beatrice.
Aún perteneciendo a Abnegación, Beatrice (Shailene Woodley) y, tal como pasa con toda la muchachada de 16 años en este mundo utópico, llega un momento en el que puede elegir facción. Ella lo tiene claro, quiere ser una malota rebelde y quiere enrolarse en Osadía, lo que no sabe es que podría entrar en cualquiera de las facciones sin problemas, lo que no sabe es que es una Divergente (como un Jedi vaya). Dicha circunstancia hará que se meta en problemas por su condición y sobre todo por su potencial poder, lo que podría afectar de forma importante a la estabilidad en este mundo y a la suya propia, intentando en todo momento vencer a sus demonios interiores conociéndose mejor a si misma y a los que la rodean.
Tanto la dirección como la actuación de los intérpretes es justita con sifón, resultando en ocasiones excesivamente vaga e insustancial, haciendo que la película aburra en formato maxi en algunos tramos. Jamás he visto una película que ronde las 2 horas y media, que cuente menos que esta Divergente. Todo va tan lento, tan jodidamente pausado, tan en tiempo bala, que uno tiende a mirar el móvil en exceso sabiendo que, aunque te pierdas tres minutos de metraje no vas a perder el hilo principal ni pa´ Dios. Si a esa lentitud enfermiza le unes la poca conexión entre personajes ( sobre todo del dúo protagonista) y le pones música de Junkie XL, autor de la banda sonora entre otras de Johan Primero (Johan Cramer, 2010), el resultado fluctúa entre lo vago y lo innecesario.
Copia de copias, Divergente es una propuesta correcta y sosa. No logra desmarcarse ni aportar frescura. Atractiva para la muchachada de 16 años o menos, normal/infumable para el resto.Lo peor de todo es que es la primera de una larga saga (basada en los libros de Verónica Roth). A ver si las siguientes son mejores (Recemos por ello).
Calificación: 4,5/10
Año: 2014
Duración: 139 min
País: Estados Unidos
Director: Neil Burger
Guión: Evan Daugherty, Vanessa Taylor (Libro: Veronica Roth)
Música: Junkie XL
Fotografía: Alwin H. Küchler
Reparto: Shailene Woodley, Theo James, Kate Winslet, Tony Goldwyn, Ray Stevenson, Maggie Q, Mekhi Phifer, Jai Courtney, Miles Teller, Zoë Kravitz, Ansel Elgort
Productora: Summit Entertainment / Red Wagon Entertainment