Desterrado
Vistos los límites hacia los que está degenerando la carrera de Nicolas Cage podría decirse que animarse a ver una película suya es casi un acto de valentía en sí mismo. El ínfimo nivel de las películas en las que éste aparece es tan apabullante que uno termina por preguntarse si tantas son las «estrecheces económicas» por las que puede pasar un actor de Hollywood para caer en proyectos tan sumamente aberrantes y estúpidos como Desterrado (Outcast, 2014). Y ojo porque su caso en concreto resulta especialmente desconcertante si tenemos en cuenta que el actor ha trabajado para un buen puñado de directores, cuanto menos, reconocidos: Charlie Kaufman, Oliver Stone, Paul Schrader, Werner Herzog, Ridley Scott o incluso el gran Scorsese contaron con él para alguna de sus cintas. Teniendo en cuenta este dato es inevitable preguntarse cómo el actor ha podido convertirse en un icono de la sobreactuación y el histrionismo de cara al imaginario colectivo. La respuesta se resuelve sola en cuanto nos acercamos a trabajos como El tiempo de brujas (Season of the Witch, Dominic Sena, 2011), Left Behind (Vic Amstrong, 2014) o el insultante remake de una auténtica joya del cine como es The Wicker Man (Neil LaBute, 2006). Cada una de estas últimas obras ya dignas de figurar en el Olimpo cinematográfico del anticine puro y duro, un honor al que parece aspirar con avaricia el imprevisible de Cage, quien entre pitos y flautas está encadenando una serie de trabajos catastróficos hasta el punto parecer que haya olvidado su sentido del ridículo.
Como decimos, Desterrado pertenece a ese grupo de obras negras que el actor acumula a ritmo desorbitado, aunque en esta ocasión las cotas de vergüenza ajena casi rompen cualquier registro antes alcanzado. Desterrado es un sinsentido medieval que nos narra la historia de dos guerreros europeos que por caprichos del destino se ven relegados a ejercer de protectores del heredero reciente del Rey de China, quien está amenazado por su hermano, un hombre malvado, fiero y poderoso que cree que el derecho al trono es suyo. Teniendo en cuenta que ya, por lo pronto, lo de llamar «Rey» a lo que normalmente hasta un niño conoce por «Emperador» nos vaticina la calidad del background histórico del producto que vamos a ver, nos haremos a la idea bien pronto de que estamos ante una historieta de samuráis plana y sin demasiada sustancia, prejuicio que veremos confirmado en menos de lo que canta un gallo, pues la cantidad de tópicos, gazapos y clichés que trufan el guión de la obra es ciertamente sonrojante. Apercibidos de esto, al menos nos podríamos esperar un equilibrio de calidad en el que el peso de la cinta lo llevasen las escenas de acción, pero inexplicablemente (y decimos inexplicablemente porque su director, Nick Powell, es un conocido especialista y coreógrafo de Hollywood) tampoco hay de eso. Como resultado tenemos una película mediocre que nos cuenta una historia que nos deja de importar desde el minuto 20 de su metraje. Un aborto cinematográfico plagado de incoherencias argumentales e históricas que para colmo es técnicamente exasperante. O dicho con otras palabras, una de esas películas que te hacen sentir que te están robando el tiempo y el dinero y es capaz de quitarte las ganas de ver cine durante varios días.
Aunque Nicolas Cage no es la única cara conocida que se deja ver por estos lares, pues más bien es el co-protagonista de la película, ya que se le brindan más minutos a Hayden Christensen, actor que, si bien no ha aparecido en tantos horrores fílmicos, tampoco es un adalid de la interpretación. Aunque bueno, si comparamos el trabajo de ambos, no hay color, pues el trabajo de Nicolas Cage es tan ridículo que inevitablemente mueve a la risa incontenible. El resto del plantel no podría destacar a menos que fueran parte de una película amateur de poca monta, así que poca cosa se puede esperar tampoco a nivel interpretativo. Y a quien le parezca exagerado, le invito a que se moleste en mirar las actuaciones del villano de la peli o del mismo «Rey» (y yo que no me acostumbro a lo de «Rey»), ambas dignas de llevarse un Razzie de metacrilato.
Por otra parte, seguramente por tratarse de un debut, la dirección de Outcast es tan caótica como exasperante. Su absurdo montaje (en el que habrá una duración media de plano de unos 4 segundos incluso en las escenas dialogadas) hace que el intento de maquillar una puesta en escena burda quede en fracaso y de camino provoca que la película sea tremendamente molesta de ver. El remedio que se quiere aplicar a la incapacidad de rodar unas escenas mínimamente bien coreografiadas es peor que la enfermedad y el resultado de todo es tan mareante como irrisorio, tan insultante hacia el espectador como indigno para alguien que está pidiendo que paguen por una obra que no da nada a cambio. Para colmo, quienes busquen salpicarse con un poco de la sangre entre tanto espadazo de serie b, tampoco se verán satisfechos, pues Desterrado es rácana hasta para eso.
No creo que haya que extenderse mucho más con una cinta tan soberanamente mala y absurda (atentos a su acojonante giro final, que no tiene desperdicio). Estamos ante una producción que es dinero tirado a la basura en todos los sentidos, pues no creo que los que caigan en la trampa de ver «una de Nicolas Cage» dejen de apercibir a sus conocidos de que ir al cine a verla es poco menos que quemar la cartera. La película es previsible, inane, plana, incoherente; mal actuada, mal escrita y peor dirigida. No se salva casi nada en ella. Tiene demasiados planos torcidos porque sí (parece un pique con el equipo de Campo de batalla: La Tierra) y peca de poseer demasiado speed en su sala de montaje. Hay demasiados agujeros de guión, demasiada poca imaginación en sus peleas y sus dos héroes atormentados dan demasiada risa como para que nadie pueda tomarse en serio sus motivaciones (si es que tienen de eso).
No hacía falta una película como ésta; no era necesaria… y me aventuro a decir que quizás tampoco necesitemos a Nick Powell, pues para películas de este palo ya teníamos a nuestro rey particular. Y no… no hablo del Emperador de China. Hablo de Uwe Boll.
Calificación: 0,5/10
Año: 2014
Duración: 94 min.
País: China
Director: Nick Powell
Guion: James Dormer
Música: Guillaume Roussel
Fotografía: Joel Ransom
Reparto: Hayden Christensen, Nicolas Cage, Liu Yifei, Andy On, Fernando Chien, Jawed El Berni, Preston Baker, Ron Smoorenburg, Byron Lawson, Anoja Dias Bolt, Alaa Safi
Productora: Coproducción China-Francia-Canadá; Yunnan Film Group / Arclight Films / Notorious Films / 22h22 / Media Max Productions