Creed: La leyenda de Rocky
Tienes dinero. Aunque no siempre fue así de sencillo. Tu juventud estuvo marcada por la lucha hasta que alguien te salvó. Ese mismo alguien a quién debes algo, al que debes respeto pero sobre todo al que tienes que responder cuando te metes en problemas. Y es que eres hijo de una leyenda; y eso es j*dido. Su nombre estará unido al tuyo, te acompañará en el camino, será un viajero silencioso que siempre estará en tu cabeza y en tu corazón. Ante ti aparece una disyuntiva: ¿seguirás el camino de tu padre? ¿O el tuyo propio? Depende de tí mismo. Será una travesía complicada, eso está claro, pero con otros dos brazos de tu lado será más fácil gastar etapas que te lleven a ese final glorioso, a ese nuevo resurgir épico, a ese punto de inflexión en tu vida.
Ese el resumen de la séptima parte de una filosofía de vida, de una enciclopedia al esfuerzo repleta de momentos épicos que todo el mundo recuerda y que perduran rollo tinta indeleble en nuestra, a menudo ligera, memoria. Se trata de Creed, una nueva aventura dentro del universo del boxeador favorito de «machacas de gimnasio» y de «frikis de biblioteca», del hijo predilecto y favorito de Philadelphia, de nombre Rocky Balboa. Nuestro héroe vuelve pero aparece esta vez en segundo plano; una nueva generación toma el relevo de aquellas leyendas del pasado para quedarse, asentarse y crecer a marchas forzadas. Ahí aparece Adonis Creed (o Donnie Johnson), hijo de Apollo Creed (antiguo compi/rival/ hermano/entrenador de Rocky), que con la ayuda de Balboa, y no sin recibir 6 o 7 galletas de más en alguna prueba extraoficial, se preparará para afrontar su primera pelea importante como profesional, la que marcará de ahí en adelante su propia estela como persona y como boxeador consolidado.
Ryan Coogler dirige y escribe esta nueva «vuelta a lo mismo», que consigue por méritos propios recuperar parte del alma perdida en la franquicia con una más que correcta puesta en escena, primando el drama a la acción, convirtiéndose en un verdadero revival de Rocky. En Creed todo recuerda a esa Philadelphia de lucha, aquella que se mostraba en su esplendor en las dos primeras cintas (sobre todo) y que volvió a recuperarse en Rocky Balboa; aquella Philadelphia de bajos fondos en la que lo que prima para la supervivencia es la garra, la fiereza del alma y la capacidad para levantarte tras caer, una y otra vez.
Coogler retrata con solidez lo clásico pero imprime un nuevo aire. Es como si se impregnara de ese estilo realista y crudo de la brutal e infinita Warrior (Gavin O’Connor, 2011) pero con un perfil más clásico e incluso más dramático. Hay menos lucha y más drama, menos moratón y más lágrimas. Más de lo que parece a simple vista. Hay peleas, claro que sí, pero aparecen de manera puntual y totalmente renovadas respecto a sus predecesoras. Las tomas de cámara son distintas ya, se centran en el cuerpo a cuerpo, olvidando aquellas vistas cenitales de antaño perdiendo ímpetu pero siendo ahora más plásticas para dar más realismo. La historia gana en profundidad, se le da más importancia a la interpretación de actores que a las coreografías en los combates y eso hace que el conjunto sea más complejo. El trabajo de Stallone es digno de remarcar. Vale que el chaval protagonista (Michael B.Jordan) lo hace bien, pero «Sly» aparece y convence. Puede que esa nominación al globo de oro sea anecdótica, que incluso sea exagerada (tampoco estamos hablando de una maravilla); pero cada vez que aparece, que uno siente esa cercanía, el producto mejora y mucho.
El bajón de tensión en el 3/4 de película, la excesiva duración del metraje (le sobran 25 minutos) machacando una y otra vez el mismo mensaje o el escaso protagonismo del típico combate agónico (puede que para los puristas sea un lastre brutal) son los principales aspectos negativos de esta novedoso y bien ejecutado séptimo combate (aunque sea más una historia aparte).
Si lo que buscas es volver a ese universo que te fascinó y eres fan de la saga puede que tanto sentimiento pueda llegar a descuadrarte ante tu ansía de presenciar galletas como «panes de pueblo» en cuadriláteros. Puede que no encuentre esa épica tan marcada de las anteriores. Aún asi, bastante recomendable. Buena película, que no notable.
Vuelve el ojo del tigre.
Calificación: 6,5/10
Año: 2015
Duración: 132 min.
País: Estados Unidos
Director: Ryan Coogler
Guión: Ryan Coogler, Aaron Covington
Música: Ludwig Göransson
Fotografía: Maryse Alberti
Reparto: Michael B. Jordan, Sylvester Stallone, Tessa Thompson, Phylicia Rashad, Will Blagrove, Juan-Pablo Veza, Andre Ward, Tony Bellew, Philip Greene, Manny Ayala, Cory Kastle, Vincent Cucuzza, Christopher Weite
Productora: Metro-Goldwyn-Mayer (MGM) / Warner Bros.
Hola Ivan. Me ha hecho gracia lo de «repartir galletas». Me recuerda a mis pelis de infancia de Bud Spencer y Terence Hill. Yo soy no de los nostálgicos de Rocky. De hecho voy a revisarlas todas, pero no por iniciativa propia, sino porque mi hijo pequeño me lo ha pedido. No sé que habrá visto u oido que que llegó el otro día diciendo si podíamos verlas desde el principio. Un buen momento para hacerlo, y tal vez para engancharla con esta nueva. Soy de los que dije tras ver la 4ª, que hasta ahí había llegado, que Rocky es simplemente la primera trilogía, pero reconozco que ahora tengo curiosidad, que voy a saldar, independientemente del resultado que me encuentre. Gracias por tu articulo. Un saludo.