Cómo entrenar a tu dragón 2
Superarse día a día debería ser esencial para el ser humano. El conseguir vencer las adversidades que se te presentan, ante cualquier circunstancia, sin importar todo lo que tengas en contra. Esto es la superación, la base esencial de esta película tan entrañable y extremadamente bonita película animada. La animación tiende a estar vista como algo infantil, para llevar a los niños y dejarles entretenidos un rato, así los padres tienen un periodo de descanso sin estar pendientes de las travesuras y triquiñuelas de sus descendientes. Pero señores, después de ver una sala de cine emocionada tras el visionado de Wall-E (2008), o llorando tras los primeros diez minutos de Up (2009), y no precisamente por parte del público infantil, no queda ninguna duda de que el cine, sea cuál sea, no deja de ser arte y placer para todo espectador que se sitúa enfrente de una pantalla.
Si en Cómo Entrenar a tu Dragón se mostraba una historia de crecimiento personal de Hipo, enfrentada a toda la ciudad debido a su diferencia física con su padre, el mandamás de los cazadores de dragones, en esta segunda parte se parte de un Hipo evolucionado con una capacidad exquisita para liderar y dirigir un equipo. Cabe recordar que en la primera película se transmitían unos sentimientos y sensaciones muy parecidos a los de Disney en gran parte de su filmografía: no toda la vida es de color de rosa y no todo acaba bien. Se denota en el fabuloso y no menos sorprendente final, haciendo ver la crudeza ante la que nos debemos enfrentar alguna vez en la vida, de una u otra manera. Y al comenzar Cómo entrenar a tu dragón 2, en la escena con Hipo a bordo de Desdentao, se observa un claro mensaje: Si te esfuerzas, por muchas adversidades que tengas, todos te valorarán, pero lo primero es confiar en ti mismo.
Analizando la historia en sí, el hilo principal es bastante simplón y ha sido explotado infinidad de veces: Una población vive feliz y todo se encuentra en un buen lugar, sin embargo por pura casualidad se descubre que se está creando un ejército de dragones que planean destruirlos. Pero observándolo fríamente, al acabar la película te das cuenta que han enmascarado esa historia, presumiblemente principal, para dar lugar a lo que se quiere mostrar: el reencuentro de Hipo con su madre. Un momento verdaderamente emocionante y que da pie a otras situaciones todavía más emotivas que conmueven a todos los espectadores. Esta renaciente unión entre Hipo, su madre y su padre harán que todos se unan para poder luchar contra la maldad de Drago, el vikingo que busca por todos los medios destruir Isla Mema. El desarrollo argumental se basa muy fuertemente en el renacer de los sentimientos de Valka (madre de Hipo) hacia su hijo, dando a entender que el amor es lo más importante ante todo.
Toda esta encrucijada sentimental lleva a una de las grandes escenas, mezclando humor, música y sentimientos. No creo conveniente destapar los hechos que ocurren, sin embargo todo el que vea la película sentirá un renacer interior muy potente. Si no sabéis de que se trata os lo digo yo: sinceridad. Una canción con las miradas fijas de los personajes, sin nada más que recordar viejos tiempos, conmueve de la misma manera que lo consiguen las escenas iniciales de Wall-E, cuando se encuentra con Eva y cuida de ella ante cualquier impedimento. No es necesario hablar de lo que se siente para que los espectadores lo vean, y esto denota una gran personalidad de Dreamworks. Además, la gran carga emocional viene condensada en una escena de escasos cinco minutos, que aparece con ya comenzada la guerra. Totalmente inesperada hasta el último suspiro y con una fortaleza mental fortísima para llevarla a cabo por parte del equipo de dirección, es sin ninguna duda lo más impactante de la película. Haciendo un símil demasiado arriesgado, se asemeja a la muerte de Mufasa en El Rey León o a la escena final de Toy Story 3. La realidad personificada en pantalla, la decisión de dramatizar la película sin requerirlo (ya que sin esta escena sería también buena) y el riesgo asumido sabiendo que, realmente, se busca una buena entrada del público infantil, al cual podría llegar a traumatizarles, hacen que afirme que es la mejor película de Dreamworks hasta la fecha.
Aparte de estas grandes características que alzan a Cómo entrenar a tu Dragón 2 hasta la cima del cine de animación de este año, es imposible no darse cuenta de que técnicamente es perfecta. Magistral diseño gráfico del equipo, sin ninguna duda realizar un trabajo así requiere de una gran cantidad de tiempo que ninguno de nosotros podemos llegar a pensar, el plasmar los efectos junto con los movimientos animados de los personajes es tremendamente complejo, y el resultado que obtiene es de un excelente. El nexo entre los sentimientos y la tecnología está perfectamente realizado, en ningún momento te llegas a aburrir, ni tan siquiera unos segundos, y no es debido a que no pare la acción, sino a que la historia engancha hasta no dejarte ni tiempo a pestañear. Parte de la culpa también la tiene la perfecta banda sonora, encajando como un puzzle en las bellas escenas donde aparece el vuelo de los dragones, creándote un sentimiento necesario a volar. Acabo con una gran frase de Valka mientras está volando subida a su dragón: “Esto, Hipo…. es la libertad”
Calificación: 8/10
Título original: How To Train Your Dragon 2
Año: 2014
Duración: 100 min.
País: Estados Unidos
Director: Dean DeBlois
Guion: Dean DeBlois (Libros: Cressida Cowell)
Música: John Powell
Fotografía: Animation
Reparto: Animation
Productora: DreamWorks Animation / DreamWorks SKG / Mad Hatter Entertainment