Coco, el pequeño dragón
Hay cine de animación más allá de los estrenos potentes (llámese Pixar, por ejemplo), y Coco, el pequeño dragón es el claro ejemplo de ello. Una película con las ideas muy claras y con un público muy concreto, por ello no requiere de emplear ninguna metáfora ni desarrollar grandes ideas más allá de entretener y hacer reír a esos niños hacia los que lanza sus redes. Empleando el recurso del “patito feo” avanza poco a poco hacia una conclusión muy firme y un aprendizaje que les vendrá bien a los más pequeños de la casa, y es la amistad, un amigo está por encima de todo y deben ayudarse entre ellos.
Coco es un dragón inadaptado que vive en la lista junto con el resto de dragones, sin embargo él tiene un pequeño problema, y es que no puede volar. Sus amigos no son menos variopintos, Oscar es un dragón vegetariano que pertenece a un género carnívoro, y Matilda un puercoespín mal visto por su gente. Ellos tres se ven envueltos en una aventura que les hará sacar los sentimientos más puros para salvar su civilización, donde habrá tiempo para reír y llorar en la multitud de imprevistos que superarán. Con este argumento no faltará tiempo para la diversión de los más pequeños, aunque se tenga una animación no demasiado perfilada y con muchos momentos que recuerda a una plantilla.
Una agradabilísima película para el público al que va destinado, pero fuera de ahí no hay nada que destacar. Un trabajo didáctico para los mayores que no conseguirá su distracción, pero podrán estar tranquilos porque sus hijos sí que estarán hora y media pegados totalmente a la butaca.
Calificación: 5/10
Título original: Der kleine Drache Kokosnuss
Año: 2014
Duración: 80 min.
País: Alemania
Director: Hubert Weiland, Nina Wels
Guión: Mark Slater, Gabriele Walther
Música: Danny Chang, Stefan Maria Schneider
Fotografía: Animation
Reparto: Animation
Productora: Caligari Film- und Fernsehproduktions / Zweites Deutsches Fernsehen (ZDF) / Universum Film (UFA)