Casi humanos

Los años pasan y los tiempos cambian; para todos y para todo. Para la tecnología, para la música, para en pensamiento en general, para el cine… Con el paso de los años, los diferentes conceptos que tenemos sobre las cosas se van renovando dando lugar a otros completamente distintos. Distintas épocas traen ideas distintas, es ley universal. Aunque a veces ocurre que, dentro de la inherente evolución que conlleva el paso del tiempo, se retrocede intencionadamente, ya sea por intentar poner en boga ideas que funcionaron con anterioridad o simplemente por nostalgia. Es el caso de «lo retro», ejemplo que deja clara evidencia de que toda moda es cíclica y lo viejo siempre termina por volver con la cara lavada y maquillada como última tendencia.

Si hay algún género en el cine que ha estado siempre muy sujeto a eso del último grito del momento (nunca mejor dicho), ése es el cine de terror. Sólo hay que echar un ligero vistazo a su historia para darnos cuenta de que, a cada paso generacional, la forma de éste ha ido mutando. Los miedos más profundos de cada ser humano bien podrán ser los mismos, pero la forma de hablar de ellos no. Como ejemplo de lo que venimos exponiendo no hay que retroceder demasiado en la historia del cine, si acaso nos basta con remontarnos a la década de los 80 o los últimos años de los 70 para ver que, para bien o para mal, ya nada es lo que era. A día de hoy poco queda en las carteleras de los cines de la visión aterradora que grandes maestros como David Cronenberg, John Carpenter o Tobe Hooper (por citar algunos) nos brindaron. Si acaso es el cine de serie B y los directores más independientes, quienes más y menos tienen que perder a su vez, los que se dignan a acordarse de los trucos y métodos de estos, a veces, infravalorados genios. Éste parece ser el caso de Joe Begos, director que se estrena en el formato de largometraje con Casi humanos (Almost Human, 2013), una película de modesto presupuesto que tiene evidentes ecos de los citados iconos del terror de corte más ochentero.

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El punto de partida de Casi humanos es la desaparición de Mark Fisher, un traumático suceso del que su mejor amigo, Seth, tiene testimonio directo. A pesar de que Seth puede esclarecer algo de lo que ocurrió con Mark, nadie en el pueblo lo cree. La razón no es otra que los argumentos que éste da, pues dice que a Mark lo abdujeron en cuestión de segundos unos desconocidos seres procedentes de otro planeta. Como es lógico, debido a la frustración que todo este asunto le provoca, Seth se ve obligado a requerir tratamiento psicológico durante los dos próximos años para tratar de recobrar su fortaleza mental, una cordura que le ha robado algo a lo que nadie quiere dar crédito, pese a que sus ojos lo vieron con toda seguridad.

En ese lapso de dos años de terapia psicológica y mucho esfuerzo, Seth se readapta a la vida como puede, sus nervios se estabilizan, vuelve a la rutina de trabajo y mantiene un extraño pacto de silencio y distancia con otra de las afectadas directas del extraño suceso, la ex pareja de Mark Fisher, Jen Craven. Pero esta tranquilidad se va a ver rota de repente por una serie de pesadillas que asaltarán de nuevo al pobre de Seth. Horribles sueños lo sacarán de la cama a sobresaltos, tal y como ocurrió entonces, cuando Mark desapareció como por arte de magia.

Algo vuelve a oler mal, y nuestro protagonista sabe que la historia no ha acabado; algo muy dentro de él le dice que esos dos años de aparente tranquilidad han sido sólo una prórroga de un infierno que aún estaba por alcanzar su apogeo. Seth lo sabe… algo le dice que su mejor amigo ha vuelto. Y en efecto, Mark está de vuelta, aunque ya no sea el mismo, pues vuelve convertido en un ser mitad humano y mitad extraterrestre con una extraordinaria capacidad de matar y una sed de sangre digna de una bestia.

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Así pues, habiendo expuesto a grandes rasgos el argumento de la película y algunas de las presumibles referencias de su director, muchos se harán una idea de lo que Casi humanos ofrece. Estamos ante una de esas propuestas que intencionadamente toma ingredientes de otras películas para marcarse un homenaje y confeccionar una historia de terror que bebe sin ocultarlo de otros tiempos y otras fuentes. Una producción que mira hacia atrás y que tiene un cierto regusto a las viejas cintas de terror que inundaban nuestros videoclubs, aquellas donde el slasher más clásico compartía terreno con cintas de extrañas criaturas sedientas de sangre y seres malformados sedientos de sangre y vísceras.

A los más jóvenes que se acerquen a esta producción, acostumbrados quizás a un tipo de terror más basado en lo psicológico y lo fantasmagórico, les puede invadir la sensación de cierto desasosiego ante las formas de lo que se despliega en pantalla. Un asesino impasible y cruel que mata sin pestañear a todo el que se le cruce en su camino sin dar demasiadas explicaciones; un mar de sangre y una clara actitud morbosa hacia la casquería traducida en un montón de víctimas que mueren escandalosamente sin que la cámara piense ni por asomo en apartarse cuando el rojo elemento salpica. El cuchillo, el hacha, la sierra mecánica, el grito, el subidón de música cuando la puerta se abre… Lo sabemos, y en el fondo tienen razón. Todo eso está ya demasiado visto. Pero también sabemos que si las viejas fórmulas tuvieron tanto éxito en su día es porque funcionaban. Eso sí, funcionan cuando un buen cineasta las sabe poner a bailar.

En el caso de Joe Begos, se le pueden aplaudir las intenciones y ciertas virtudes puntuales, pero viendo éste, su primer largometraje, se huele que aún es demasiado pronto para él y que, si bien tiene bien claro cuales son sus referentes, aún es un discípulo que tiene que pulir su repertorio de trucos.

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Casi humanos es una cinta que mirada sin el punto friki y nostálgico de aquel terror de videoclub se queda en una mera anécdota olvidable y más bien torpe. Sus fallos no están en lo estrictamente técnico, es cierto que sus efectos especiales digitales y su uso del sonido son tan torpes que le recuerdan a uno que está ante una modesta cinta de serie B con todo lo que ello conlleva. Pero siendo honesto, hay que reconocerle que en cuestión de ritmo, montaje y efectos especiales artesanales, Joe Begos se las ha sabido arreglar muy bien. Como resultado tenemos unos 80 minutos que pasan rápidamente, a pesar de que su guión podría haberse escrito fácilmente en una servilleta de papel.

La culpa de que a pesar de su flojera argumental Casi humanos no llegue a aburrir es precisamente de su amplísimo repertorio de muertes y mala leche. Aquí la cosa se reduce a ver quién es el próximo en caer y en tener el estómago preparado para cuando la cosa se ponga fea. Los que disfruten con lo explícito van a encontrar un plus añadido a una cinta que tiene en la superficialidad su base y quizás su doble filo. Y decimos doble filo porque, si bien el aburrimiento no llega a hacer mella en un espectador relajado, sí que se echa en falta algo más de miga en cuanto a argumentos y propuestas narrativas se refiere. Una hora y media de lo mismo requiere mucha fe por parte de quienes la ven como para que salgan de la sala de cine sin rechistar. Además de ríos de sangre, mutilaciones varias y persecuciones interminables, más de uno requerirá que le cuenten algo más. Pero tengo un aviso para los que pretendan buscar algún tipo de feedback argumental o profundidad psicológica en esta película: Aquí no hay de eso, amigos.

Así pues, resumiendo un poco, estamos ante una de esas películas que todo el mundo sabe que es mala, pero que, sea por lo que sea, no resulta un absoluto desastre. Quizás esto sea cuestión de que éste que les escribe a veces tiene una inexplicable tendencia por lo cutrecillo y salchichero, pero apuesto de que en el fondo todo el mundo guarda en su intimidad su guilty pleasure particular, así que a lo mejor no debemos ser demasiado crueles con la propuesta que tenemos ante nosotros. Pues bien, si tu placer culpable ese cine de serie B a caballo entre el desastre y lo malsano y para colmo has vivido aquella época de videoclubs con estanterías repletas de carátulas inverosímiles y asesinos multiformes, esta película te puede gustar. Los que no se asemejen a dicho perfil, que ni se acerquen a esto, pues solo van a encontrar en Casi Humanos un producto pasado de rosca, más bien absurdo y repleto de malas actuaciones por el que no merece la pena pagar. Aunque bueno, en el fondo quienes piensen todo eso tienen razón, ya hemos dicho que no estamos hablando de nada que vaya a pasar a la historia, más bien al contrario. Que nadie piense que recomendaría a nadie que pague una entrada de cine para ver una producción de este calibre; tal y como están los precios hoy día, pasar por taquilla para ver una película de estas características es un acto reservado para románticos del género y poco más. Así que los que aún mantengan un poco de cordura, mejor que se acerquen a su establecimiento habitual para alquilarla cuando esté disponible, así no se sentirán estafados con la relación calidad/precio y se ahorraran el berrinche más que justificado.

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No me extiendo más, porque es innecesario. Sota, caballo y rey. Un tío mata a gente de muchas y muy variadas maneras y nosotros nos bañamos en sangre. Añadan un poco de rollo de monstruos y extraterrestres, una buena dosis de mala leche y muy poquito presupuesto para actores y tendrán la receta que Joe Begos ha utilizado para hacer su refrito de clásicos particular.

Todo esto ya se ha hecho en otras ocasiones, y mucho mejor. En la mano de cada uno está la elección de dedicarle su tiempo a los grandes maestros o a sus aún torpes discípulos. Así que terminando, y rompiendo la dinámica habitual (sin que ello sirva de precedente), voy a ponerle dos notas a Casi humanos. La primera es la calificación objetiva y oficial para nuestra web, un 3/10. La segunda va destinada a los amantes irremediables del gore y la serie B, que va a ser un 5 raspadito.

En otras palabras, se defiende como producto de terror de muy bajo presupuesto, pero queda muy lejano de hacerlo si se lo toma en serio y se le exigen ciertas pautas de efectividad y sentido común.

Cafilicación: 3/10

 
 

Casi_humanos_GE_MCcartel_originalTítulo original: Almost Human

Año: 2013

Duración: 80 min.

País: Estados Unidos

Director: Joe Begos

Guion: Joe Begos

Música: Andy Garfield

Fotografía: Joe Begos

Reparto: Graham Skipper, Josh Ethier, Vanessa Leigh, Susan T. Travers, Anthony Amaral III, Michael A. LoCicero, Jeremy Furtato, Jami Tennille, Chuck Doherty, Kristopher Avedisian, David Langill, John Palmer, Andre Boudreau

Productora: Reluctant Productions / The 989 Project

 

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