Bone Tomahawk


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En una escena cada vez más viciada por la cuestionable tendencia de las productoras dominantes a lanzar innumerables remakes. entregas de sagas extendidas hasta el absurdo y asuntos similares, irrumpir en cartelera con una fórmula original (o al menos poco vista) es ya jugar con una ventaja considerable. Bone Tomahawk (S Craig Zahler, 2015) es una propuesta que sabe que gastar esa baza siempre funciona en mayor o menor medida a la hora de captar a ciertas minorías cinéfilas y ha llegado a nuestras salas de cine con una actitud humilde, pero segura, haciendo gala de una mezcla de ingredientes, cuanto menos, llamativa. Aquí los cowboys, las figuras rudas típicas del western al uso y los caraduras al borde de la ley se codean con violentos e inquietantes personajes arquetípicos de cualquier historia de terror y su atmósfera también juega continuamente a pivotar entre el tono más clásico del cine del salvaje oeste y los mecanismos más característicos del género más sangriento. El resultado es una obra híbrida, inusual y descarada que bien podría catalogarse como un western caníbal, una propuesta que acerca con cierto exceso y más buena voluntad que acierto el cine «de indios y vaqueros» a la serie b y el estilo gore de Ruggero Deodato y compañía.

El relato de Bone Tomahawk arranca con la misteriosa desaparición en la localidad de Bright Hope de la doctora del lugar y un preso del que ésta cuidaba en el calabozo. Nadie sabe quién ha podido ser el autor del aparente secuestro, ni sus motivos hasta que aparece en el entorno una pista crucial; la flecha de una peligrosa tribu caníbal que habita en un lugar solitario a kilómetros de cualquier punto medianamente civilizado. Este indicio será el que lleve al Sheriff del lugar (Kurt Russell) y unos cuantos hombres a adentrarse en un territorio del que casi nadie sale vivo. Como ven, una sinopsis simple y poco artificiosa que no promete mucho más allá de un puñado de sustos, algunas dosis de sangre, algo de tensión y un poco de suspense. El problema surge cuando dicha sencillez argumental se enmaraña torpemente en un metraje a todas luces desmesurado, es entonces cuando lo que podía ser un plus a su favor se transforma en un exceso narrativo innecesario y casi ingenuo, haciendo que incluso resulte algo complicado llegar despierto al tramo final de la misma (que es cuando todo se pone realmente interesante) por culpa de unos dos tercios iniciales casi vacíos que bien se podían haber expuesto en la mitad de minutos.

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Da también la sensación de que S. Craig Zahler, a pesar de haber salpicado su historia con ciertos elementos humorísticos, se toma demasiado en serio su propuesta. Esta actitud en ocasiones grave e incluso puntualmente retorcida no le sienta excesivamente bien a una cinta que seguramente hubiera ganado muchos enteros si se hubiese desprendido de su severidad para abrazar otros tonos más cercanos a la insolencia y la osadía. De otra forma es inevitable no sentirnos incómodos al ver que lo que se ha construido a regañadientes durante hora y media se tambalea en cuanto la sangre salpica y los caníbales rugen cual monstruo de una película Kaiju. Hay piezas que no encajan en el peculiar artefacto que es Bone Tomahawk y no me resulta fácil disfrutar de ella sin sonrojarme puntualmente por su falta de coherencia o sus tics hiperbólicos e histriónicos, los cuales no concuerdan con el tono general que previamente se ha querido implantar.

Al final de todo, y a pesar de que el bueno de Kurt Russell siempre resulta atractivo de ser visto en cualquier producción cinematográfica, uno no sabe si tomarse la película como un western atípico sobre desapariciones, como una particular película de aventuras o una oscura historia de terror y vísceras. Quizás es todo ello al mismo tiempo y nada de esto a su vez. O quizás es que a su autor aún le faltan por pulir muchas aristas y lo de haber querido unificar tonos tan dispares aún es un reto temprano para sus capacidades cinematográficas. El caso es que, más allá de su singularidad conceptual, Bone Tomahawk se queda en anécdota. Y es que, con toda seguridad, una vez pasen los días uno no recordará más que unas pocas escenas truculentas. Nada que no podamos ver en cientos de películas que de verdad han decidido su identidad y no se marean en subterfugios a la hora de ofrecer lo que pretenden como en este caso.

Buen punto de partida. Mal desarrollo. Suspenso.

Calificación: 3’5/10

 
 

Bone_tomahawk_cartel_GE_MCTítulo original: Bone Tomahawk

Año: 2015

Duración: 133 min.

País: Estados Unidos

Director: S. Craig Zahler

Guion: S. Craig Zahler

Música: Jeff Herriott, S. Craig Zahler

Fotografía: Benji Bakshi

Reparto: Kurt Russell, Patrick Wilson, Matthew Fox, Lili Simmons, Richard Jenkins, Sean Young, David Arquette, Kathryn Morris, Sid Haig, Geno Segers, Michael Paré,Jamie Hector

Productora: Caliber Media Company / The Fyzz Facility / Realmbuilder Productions

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