Autómata
En la ciencia ficción cinematográfica predominan tres formas estéticas bien diferenciadas; la futurista pesimista, donde la alta tecnología ha conquistado nuestro día a día pero de forma oscura y dichos avances tecnológicos causan más problemas de los que solventan, tenemos el ejemplo perfecto en Blade Runner(Ridley Scott, 1982), en segundo lugar está la futurista optimista, en la que vemos como las cosas van relativamente bien y aunque la tecnología también no ha invadido han supuesto una mejora para todos como vemos en Yo, Robot (Alex Proyas, 2004) y por último tendríamos el tercer tipo que sería un futuro más cercano pero centrado en problemas más mundanos e incluso con tintes sociales como por ejemplo Eva (Kike Maíllo, 2011) o District 9 (Neill Blomkamp, 2009).
Este filme, que se centra en la historia de Jacq Vaucan, un agente de seguros que trabaja para una compañía robótica y descubre por accidente algo que podría comprometer la posición de la humanidad en la cadena evolutiva, alberga un buen puñado de ideas estimulantes, sin embargo, estas se encuentran en bruto y su discurso termina por volverse una amalgama sosa y desorientada.
Teniendo presente que la condición estética del escenario es inseparable del valor que va a dominar en la cinta, resulta incomprensible que el director de Autómata opte por mezclar estos tres modelos, que si bien no son seguidos punto por punto por todas las películas de este género sí que se cumplen en mayor o menor medida, lo que acaba sembrando la confusión desde los primeros minutos de la película. Con un primer tercio bastante bueno, donde su visión intimista y cercana gana enteros añadiéndole sentimiento a una propuesta clásica de la ciencia ficción, sospecho que si hubiera seguido ese camino durante todo su metraje estaríamos hablando de una película totalmente distinta. Pero no.
La tendencia de mientras más grande mejor le hace flaco favor a la cinta protagonizada por Antonio Banderas (que también produce), que encuentra su peor enemigo en los espacios abiertos donde la trama se desboca sin posibilidad de retorno. En este punto, las intenciones que se intuían de manera leve acaban por disiparse en un penoso intento por crear tensión, pero cuyos giros son tan incoherentes y poco trabajados que acaban por aburrir.
Cuando intenta rellenar sus vacios con más ideas y más giros restándole tiempo a desarrollar o dotar de vida a los personajes, consigue que perdamos toda la simpatía que genera los primeros minutos, incluso a los incondicionales del género, transmitiendo la sensación de ser una idea aceptable alargada y repleta de paja. Ni siquiera un entregado Antonio Banderas, al cual se le agradece que salga de su habitual zona de confort hollywoodiense y apueste por propuestas diferentes en su tierra natal, consigue que algunas escenas rocen el ridículo.
Para ser justos, a pesar de sus carencias (tanto artísticas como económicas) es justo reconocer que está a años luz de las, por ejemplo, repetitivas comedias de Cameron Diaz y compañía.
Calificación: 4/10
Título original: Autómata
Año: 2014
Duración: 110 min.
País: España
Director: Gabe Ibáñez
Guion: Gabe Ibáñez, Javier Sánchez Donate, Igor Legarreta
Música: Zacarías M. de la Riva
Fotografía: Alejandro Martínez
Reparto: Antonio Banderas, Birgitte Hjort Sørensen, Melanie Griffith, Dylan McDermott,Robert Forster, Tim McInnerny, Andy Nyman, Dadid Ryall, Andrew Tiernan
Productora: Coproducción España-Francia; Vértice 360 / Quinta Communications / Green Moon