Annabelle: Creation

Tras estrenarse en los cines de todo el mundo Annabelle (John R. Leonetti, 2014), spin-off sobre esa muñeca diabólica que aparecía al principio de Expediente Warren: The Conjuring (James Wan, 2013) como uno de los casos basados en hechos reales del matrimonio Ed y Lorraine Warren, célebres investigadores de fenómenos paranormales de Estados Unidos, ahora llega su precuela, Annabelle: Creation, que nos va a llevar hasta la creación de este juguete y nos explicará el por qué de su malignidad. En qué momento la poseyó el demonio. La dirige el realizador sueco David F. Sandberg, autor de numerosos cortometrajes de terror de bajo presupuesto que tuvieron gran repercusión en las redes y del largometraje Nunca apagues la luz.

La trama nos sitúa en la vivienda de un creador de juguetes y su esposa, que años después de perder a su hija en un accidente, deciden acoger a una enfermera y a un grupo de chicas de un orfanato para que se instalen con ellos. Como era de prever, estas menores sufrirán todo tipo de perversidades por parte de la muñeca Annabelle. Entre los productores se encuentra el malayo James Wan, y se nota, pues el tono de la película viene a ser el mismo que el de sus obras como director, aunque de calidad bastante menor si las comparamos. Y es que el principal problema de la cinta que nos ocupa es que, a salvedad de su prólogo introductorio, Sandberg no hace avanzar una trama con interés y se limita a mostrarnos susto tras susto sin darnos respiro. Y con esto, la atmósfera se pierde y los personajes dejan de importarnos, entre otras cosas porque, además, nos sabemos de memoria lo que les va a suceder. Porque la última apuesta de Warner Bros acumula una gran colección de clichés típicos del género, véanse esa enorme mansión alejada del pueblo, el siniestro espantapájaros, la clásica bombilla que se funde en el momento más inapropiado, la niña que se arrastra por los suelos clavando sus uñas, las campanitas que suenan, los armarios que se abren y cierran solos, etc.

Por si esto no fuera poco habría que añadir la falta de coherencia interna. No es posible que los personajes no endemoniados corran tan rápido de un lugar a otro en tan breve espacio de tiempo o al revés, que desaparezcan de escena o tarden mucho en llegar a un sitio concreto sin ningún motivo. En fin, esas fullerías del guion para que las secuencias de terror sean las idóneas. Por no hablar del uso de la música tan previsible como dañina para nuestros oídos de lo fuerte que está, y esa torpe necesidad del guionista de tener que explicarlo todo como si se lo estuviera comunicando a unos niños de siete años o a tarados mentales. Parece que hay dárselo todo bien mascadito a la gran masa, no vaya a ser que se pierdan con el hilo narrativo entre tanto sobresalto.

Me alegro por aquellos que logren pasar miedo con este filme en donde las interpretaciones de las pequeñas Talitha Batema y Lulu Wilson son de lo más destacable. Yo personalmente he sido incapaz de sufrir pánico o espanto, más bien me he aburrido. Por lo general, echo en falta más sutileza, perspicacia e ingenio en el cine de terror contemporáneo, aunque hay loables excepciones. Y estoy seguro que Annabelle: Creation, que no es una de esas anomalías, logrará hacer mucha taquilla en nuestro país y en el resto del planeta. Una pena que nos conformemos con tan poco.

Calificación: 4/10

 
 

Título original: Annabelle: Creation

Año: 2017

Duración: 109 min.

País: Estados Unidos

Director: David F. Sandberg

Guion: Gary Dauberman

Música: Benjamin Wallfisch

Fotografía: Maxime Alexandre

Reparto:  Stephanie Sigman, Talitha Bateman, Lulu Wilson, Philippa Anne Coulthard, Grace Fulton, Lou Lou Safran, Samara Lee, Tayler Buck, Anthony LaPaglia, Miranda Otto, Javier Botet

Productora: Warner Bros. Pictures / Evergreen Media Group

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