Aniquilación
Existe una fuerza viva en el interior del ser humano que brota cuando este da por concluida su travesía por la vida, cuando abandona toda esperanza y como alma en pena se deja llevar por la inercia de la autodestrucción. En el momento en que las desgracias asolan y el sentido de la existencia en el mundo se desvanece por completo, es cuando el individuo, ante la incertidumbre de conocer la luz del faro que le guía, se adentra en el resplandor.
Tras sorprender con la apreciable Ex-Machina (2015), el escritor y realizador británico Alex Garland ofrece en su segundo largometraje como director una metáfora bellísima sobre la desolación y el desahucio vital del ser humano. Para ello recurre a un subgénero que podríamos denominar como sci-fi drama, muy demandado en los últimos años, y que le sirve a Garland de forma idónea para trasportar al espectador a una atmósfera fantástica sin abandonar el componente dramático de sus personajes y la lectura subyacente sobre nosotros mismos más allá de ficticias mutaciones biológicas.
Tras un prólogo algo simplón (con algún fallo de raccord incluido) el filme se eleva poderosamente en una narración donde la intriga aumentará al mismo tiempo que la poderosa magia de las imágenes. Cinco desamparadas mujeres (no es baladí la protagónica presencia femenina) a la búsqueda del milagro que deshaga su sufrimiento, de esa vida que le arrebataron en cierto momento. Una bióloga ex militar, una psicóloga, una paramédica, una geomorfóloga y una física marcadas por la espiral autodestructiva en la que estaban inmersas (¿no todos lo estamos?, ¿acaso no está programado en nuestro ADN?) que deciden hacer frente a una expedición tan fascinante como sombría. Aniquilación recuerda en su estilo narrativo y visual a obras recientes que igualmente aunaban ciencia ficción y drama como La señal (William Eubank, 2014) o La llegada (Denis Villeneuve, 2016), esta última con la que dialoga de forma incesante durante todo el metraje.
La última joyita de Netflix ilumina un nuevo sendero a la ciencia ficción que ya había comenzado a transitarse un lustro atrás y que ahora está encontrando hallazgos importantes. Con un tercio final para sumergirse y dejarse llevar, como hacen las protagonistas, la obra de Garland se ayuda, además, de las entregadas interpretaciones de Portman y Jason Leigh. Lirismo y filosofía encajan en una emocionante película que adapta la exitosa novela homónima de Jeff VanderMeer y que nos confirma el nacimiento de un cineasta a tener muy en cuenta, de un autor de cine de ciencia ficción que logra resplandecer en un género que tantas alegrías nos está brindando últimamente.
Calificación: 7/10
Año: 2018
Duración: 115 min.
País: Reino Unido – Estados Unidos
Director: Alex Garland
Guion: Alex Garland (Novela: Jeff VanderMeer)
Fotografía: Rob Hardy
Música: Geoff Barrow, Ben Salisbury
Reparto: Natalie Portman, Óscar Isaac, Jennifer Jason Leigh, Gina Rodriguez, Tessa Thompson, David Gyasi, Sonoya Mizuno, Crystal Clarke, Kumud Pant, Tuva Novotny, Cosmo Jarvis, Mairead Armstrong
Productora: DNA Films / Paramount Pictures / Scott Rudin Productions / Skydance Productions. Distribuida por Netflix