45 años
El director inglés Andrew Haigh adapta el relato corto titulado “In Another Country” del poeta británico David Constantine. 45 Años fue presentada en la Sección Oficial del último Festival de Berlín, donde sus protagonistas recibieron sendos Osos de Plata acaparando los premios de interpretación de la Berlinale. Y ciertamente, es sobre el trabajo actoral de Tom Courtenay y muy especialmente de Charlotte Rampling, donde se apoya Andrew Haigh para construir este sólido drama en el que las dudas, los celos, los miedos y las nostalgias conducen un sosegado relato en el que los silencios dicen más que las palabras.
La conmovedora y sutil película del británico Andrew Haigh parte de ahí; de una pareja de largo recorrido, Kate y Geoff, con una semana por delante antes de la celebración de sus 45 años de matrimonio.
Hablar del paso del tiempo, de recuperar las ilusiones perdidas y luchar contra el tedio cotidiano. No se trata de “otra” de esas películas de la tercera edad. Sería un error el que se pensara ésto de la película, porque 45 años nos habla a todos.
Lo esencial del filme descansa en su capacidad de hacer evidente algo que se olvida con facilidad: que las pasiones se modulan con el tiempo, pero no nos abandonan jamás. Que los reproches no tienen edad. Ni las decepciones tampoco.
Todo empieza cuando Geoff, interpretado por Tom Courtenay, recibe una carta que le anuncia el descubrimiento del cuerpo congelado de su primer amor, muerta hace cincuenta años en un accidente en un glaciar de los Alpes. Courtenay, hay que recordarlo, es uno de los grandes de la interpretación británica desde aquella airada La soledad del corredor de fondo (1962), Un maravilloso actor que, en 45 años, mediante un juego de murmullos, diferencia muy bien entre lo que dice, lo que piensa y lo que calla.
Esa carta inesperada agita la plácida vida de la pareja, y pone alerta a Kate, su mujer, en manos de Charlotte Rampling, en una de sus mejores interpretaciones hasta la fecha. Rampling suma su evidente capacidad para los personajes apasionados y fríos, a la vez, aunque parezca imposible, con una generosa paleta de matices de una mujer de mediana edad,( muy british ), en tensión creciente. Una mujer feliz en su matrimonio hasta que esa carta conmueve los cimientos de su felicidad. Hacía muchísimo tiempo que no veía a una actriz decir tanto con su rostro. El dominio que Charlotte Rampling tiene de la mirada, del semblante y del gesto mínimo, la sutileza de la sonrisa rota de dolor,-con la que padece su tormenta interior-, y su enorme presencia en pantalla están solo al alcance de las grandes actrices.
La genialidad del director reside en el control: 45 años podría haber sido un grito desesperado, lleno de reproches y recriminaciones, un drama desaforado. Pero el director, por el contrario, hace que viva y crezca en los espacios que dejan las palabras; en las miradas, en el movimiento de los cuerpos. Hasta que se impone un gesto. Un gesto puede ser suficiente para que la barca de ese amor de 45 años esté a punto de zozobrar en medio de la tormenta que agita su vida cotidiana.
No es fácil. No tiene que ser nada fácil. 45 años al lado de una persona son muchos años. El cansancio, las frustraciones y los disgustos hacen que se desgaste ese sentimiento tan magnificado por la literatura, el cine, la música, (y toda creación artística), llamado amor y sin el que, a pesar de todo, resulta demasiado duro vivir.
Calificación: 7,5/10
Año: 2015
Duración: 93 min.
País: Reino Unido
Director: Andrew Haigh
Guión: Andrew Haigh (Relato: David Constantine)
Fotografía: Lol Crawley
Reparto: Charlotte Rampling, Tom Courtenay, Geraldine James, Dolly Wells, David Sibley,Sam Alexander, Richard Cunningham, Rufus Wright, Hannah Chalmers, Camille Ucan
Productora: The Bureau