31º Festival Internacional de Cine de Valencia Cinema Jove: Jornada 2 (Crónica)
La segunda jornada de nuestra web en el Cinema Jove consistió en tres películas variadas y de diferentes secciones. La primera Gluckauf (Son of Mine), una película holandesa que se estrenaba en la sección oficial de largometrajes y multipremiada en su país. La segunda Berserker, ubicada en la sección “Un futuro de cine”, un galardón que el Cinema Jove concede a diversos actores que se les predispone un gran futuro en el cine, como años anteriores ocurriese con Irene Escolar, Aura Garrido y Macarena García. Este año le correspondía a Ingrid Garcia Jonsson, con lo que se presentaron dos de sus películas. La tercera película se corresponde a L’image manqueante (La imagen perdida), encuadrada en la sección retrospectiva de Rithy Pahn, al cual se le dio un homenaje y estuvo durante una larga semana en la ciudad de Valencia realizando actos, presentaciones y un coloquio.
Son of mine es la historia sobre un padre y un hijo en la provincia de Limburgo. Un intenso drama de superación personal cuyo hilo principal trata sobre la superposición del hijo al padre, como van cambiando las tornas y uno va perdiendo poder mientras el otro lo va ganando. La obra no se caracteriza por ser delicada pues afecta directamente al entorno familiar, apareciendo así un dilema hacia donde posicionarse. El enfriamiento de la realidad es insoportable para el padre que poco a poco irá desesperándose llegando a uno de los extremos más duros, obteniendo así una escena realmente difícil de asimilar. Con una buena dirección, una credibilidad por encima de la media y un ambiente muy bien estructurado se convierte en una buena película, con un buen trabajo de los secundarios que matizan muchos rasgos de los protagonistas. Sin duda una de las grandes obras de la sección oficial.
Berserker es una obra con un presupuesto muy limitado que, allá por donde ha pasado, ha dejado una sensación de un buen aprovechamiento. Con la premisa de una chica que ha asesinado a su novio, arrancándole la cabeza y pegándola al volante del coche, esta obra arranca pegando fuerte. Qué mejor que un golpe directo hacia el espectador para levantar la tensión inicial, y no disminuirla durante los más de noventa minutos. Hugo es un escritor venido a menos que necesita un gancho fuerte, y al enterarse de esta historia comienza a investigar. Con una escena tras otra se va diseccionando esta historia, sin embargo a veces necesita romper el ritmo para causar un impacto mayor y así lo hacen, con gags llenos de humor que son necesarios ante la tensión. Esta originalidad queda algo desdibujada por el hecho de no aprovechar bien los personajes secundarios, empezando por Ingrid García Jonsson, dando señales de que va a ser un personaje involucrado en la investigación, pero se queda a medio camino ya que ayudar ayuda poco. También le falta algo de claridad a la conclusión, dar un final tan abierto es contraproducente, y eso que en las obras de poco presupuesto es un recurso muy utilizado, para dar que pensar y hacer olvidar que no hay dinero para más, sin embargo es demasiado ambiguo y da lugar a muchas más preguntas de las iniciales, con lo cual el círculo no se cierra nada y queda todo a la interpretación que, para mí, no es nada clara.
La última obra del día fue La imagen perdida, un documental de Rithy Pahn sobre un esclavo de la dictadura comunista de Pol Pot en Camboya. En esta gran obra se relata la vida de uno de los esclavos, directamente relacionado con el director, dando a conocer los entresijos más oscuros y difíciles de estos años tan duros en la historia. Cuando Pahn se decidió por lanzar esta obra se encontró con que faltaban muchas imágenes para documentarlo, con lo que decidió crear unos muñecos con barro para ir enseñando a la gente lo que pasaba, entremezclándolo con los pocos paisajes y momentos que pudo conseguir. Resulta estremecedor observar los límites tan excesivos que se permitieron en esos momentos, y en parte hay que dar gracias por el hecho de que no hayan conseguido imágenes de muchos momentos que el narrador relata que fueron grabados, pues no es necesaria tanta crueldad para hacerte la idea. En el documental lo más destacable es la naturalidad con que se recuerdan los hechos, así como la maravillosa historia que se puede enseñar con unos recursos tan básicos como arena y agua. Un gran fracaso histórico que se debe conocer, y qué mejor que de la mano de un director que lo pudo vivir casi en sus carnes, contándolo de manera ligera y que todos entenderán. Afortunadamente no todo en la vida fue así, y nunca se deberían vivir esos momentos.