31º Festival Internacional de Cine de Valencia Cinema Jove: Jornada 1 (Crónica)
Dando comienzo el Cinema Jove, el sábado 18 fue nuestra primera jornada en esta 31ª edición. Con una selección oficial de diez películas y una multitud de secciones, esta primera jornada consistía en dos películas de la sección oficial: Cistic (The cleaner) y Vlaznost (Humidity). Es una sección oficial repleta de cine europeo comenzamos inmiscuyéndonos en Claner, una obra eslovaca donde el punto fuerte radica en el desgranado del protagonista, un ex presidiario que se dedica a limpiar diferentes sucesos que generan un hedor fuerte, un aroma que los propios dueños se niegan a recoger. Con una escena inicial cercana al cine de terror, cargada de tensión y de querer conocer más y más de esta historia, aunque sin llegar a conocer el quién, el cómo y el porqué. Observamos como Tomás se va convirtiendo en un voyeur, inofensivo eso sí, donde o simplemente va analizando las vidas de los implicados o bien se dedica a robar algún objeto simbólico, como para llevar la cuenta de todos los hogares donde ha estado. Todo comienza como una inofensiva afición hasta que se enamora de una chica, y se torna en obsesión. En primer lugar el armario de la casa será el principal escondite, donde se irá observando poco a poco la vida de la chica, como vive, qué asuntos turbios se trae entre manos… hasta que, un día el armario se queda pequeño ante el gran descubrimiento de la situación de la mujer, y debajo de la cama será el siguiente escondite. Pero este no será su punto de inflexión, sino un accidente que envuelve a la joven y allí estará Tomas para cuidarla, en pos de un hermano aprovechado que aparece por momentos para estorbar. Una historia sobre la evolución personal, los cambios entre parejas y el amor que, sin embargo, no llega a un clímax pleno al tener una historia de amor poco creíble, con unas situaciones un tanto absurdas que te empujan a no entrar en la película. No es suficiente con el buen hilado de escenas, con esas escenas solitarias donde la bicicleta es el vehículo de la salvación de Tomás, muy cercana a lo que ocurría en la alemana Victoria con el personaje de Laia Costa, esa dulce juventud que busca la salvación en su soledad, cuando realmente puede valorar los problemas.
La segunda obra, Humidity, trata sobre la desaparición de Mina y la búsqueda de la verdad por parte de Petar, su marido, un trabajador de la construcción envuelto en negocios más ilegales que legales y con un tren de vida muy superior al que puede superar un humano. Un trabajo con mucha intriga, un comienzo prometedor y una evolución que llega a empatizar que, sin embargo, deja muchas preguntas en el aire con esa conclusión tan llamativa a la par que incrédula. Petar se cree insuperable, con una mujer que vive gracias a su dinero y que la mayor parte del tiempo está sola, pero su vida decae en el momento en que su mujer desaparece, sin ninguna señal, pista o señuelo al que seguir. Su situación personal bajará más en picado cuando todos le preguntan sobre Mina, a lo que él decide mentir para ocultarse en el caparazón que se ha creado, impermeable a la realidad aunque de manera gradual irán abriéndose poros donde irá liberando esa ira interior, descontrolándose en cualquier situación usual hasta llegar a un extremo digno de tratarse psicológicamente. Si bien, aunque con muchos problemas de entendimiento y no saber expresar bien los sentimientos, es un trabajo aceptable en el que se pueden observar características muy positivas dignas de tener en cuenta en un futuro para este director serbio.
Una primera jornada que acaba un poco desangelada por la frialdad de no encontrar algo sublime pero que de ella se pueden encontrar detalles muy dignos para unas obras que, si no son el primer trabajo de los realizadores, está muy cerca. Nos vemos en la segunda jornada, esta vez con tres obras: Son of Mine, Berserker y La imagen perdida.