300: El origen de un imperio
Pese a lo popular que es 300 (2006), la película original, quería tomarme la libertad de comenzar esta reseña dejando claro que a mí no me parece una buena película. No me malinterpretéis, me gusta ya que se trata de una obra bastante disfrutable, y evidentemente tampoco podría decir que es una mala película, teniendo detrás el genial cómic de Frank Miller era complicado, pero donde aquel presumía de una poética simpleza, la película se presenta como una metáfora perfecta del anabolizante cinematográfico, el resultado es grandilocuente y épico pero sus métodos para llegar a ellos son pocos saludables.
Partiendo de aquella obra, que no necesitaba ningún tipo de secuela ni apoyo para su comprensión y disfrute, nos traen ahora 300: El origen de un imperio, donde la historia del anterior filme es acotada desde todos los frentes, explicándonos el antes, el después y el por qué. Estaba claro que con esta nueva propuesta, cuya única finalidad es comercial, iban a deslucir el concepto de los trescientos espartanos, de la que esta ultraja el nombre para no mostrarnos ni espartanos, ni trescientos, ni el origen de ningún imperio.
Sin embargo, y haciendo honor a la verdad, no podemos hablar de esta película como fallida, ya que nos brinda suficientes escenas de acción ‘a lo Zack Snyder’ para saciar nuestras ansias y lo más seguro es que, solo por el título y el fuerte márketing desplegado, saque un buen pellizco en taquilla, teniendo en cuenta el antes y después que supuso 300 para toda una generación. No vamos a entrar en el tema de la demonización del enemigo persa, ni sobre cómo históricamente el propio pueblo espartano mantenía subyugado al pueblo ilota, puesto que esta no es la intención de esta película, de hecho ni siquiera de nuestra sociedad, y en la práctica totalidad del cine actual necesita definir como buenos a unos y como malos a otros para alejarse de la ambigüedad real en la que nos vemos constantemente inmersos, no obstante el cine como industria necesita fijar como objetivo un público, y ahí es donde entramos nosotros y la sociedad en general.
Hablando de la película en términos artísticos, su director Noam Murro, emula tanto como puede a su predecesor, el anteriormente citado Zack Snyder, y digo tanto como puede, porque imitar al de Wisconsin, para bien o para mal, no es tarea fácil. En el apartado interpretativo, repiten algunos secundarios, en esencia los que quedaron vivos, y las nuevas incorporaciones no logran llegar a las cotas de intensidad de la original, ni en apariencia ni en discurso, y por momentos no podemos evitar sentir que si no fuera por el título, estaríamos viendo una película distinta, o un pobre remake demasiado prematuro.
Finalmente, es necesario recordar que si uno obvia cualquiera de las cosas comentadas con anterioridad desactivando también el juicio de rigor histórico, y se deja llevar por las hiperbólicas y sangrientas escenas de acción en tierras griegas, puede pasar un buen rato entretenido siempre que tengamos el cerebro apagado y seamos conscientes de la finalidad evasiva de este producto.
Calificación: 6/10
Título original: 300: Rise of an Empire
Año: 2014
Duración: 102 min.
País: Estados Unidos
Director: Noam Murro
Guion: Zack Snyder, Kurt Johnstad (Novela gráfica: Frank Miller)
Música: Junkie XL
Fotografía: Simon Duggan
Reparto: Sullivan Stapleton, Eva Green, Rodrigo Santoro, Lena Headey, Jack O’Connell,Andrew Tiernan, David Wenham, Callan Mulvey, Andrew Pleavin, Yigal Naor, Ashraf Barhom, Vincent Walsh, Steven Cree, Trayan Milenov-Troy, Andrei Claude, Peter Ferdinando, Mark Killeen
Productora: Atmosphere Entertainment MM / Cruel & Unusual Films / Hollywood Gang Productions / Legendary Pictures / Warner Bros. Pictures