18º Festival de Málaga Cine Español: Día 3 (Crónica)
Después de un primer día de presentaciones, alfombra roja y algunas proyecciones, un segundo día marcado por las primeras ruedas de prensa y repleto de alegrías y alguna que otra obra cuanto menos mejorable; arrancamos el domingo 19 de abril, tercer día de festival, con ganas de seguir disfrutando del ambiente del festival y con unas ganas tremendas de disfrutar de más películas, de inyectar a nuestro cerebro de una dosis necesaria de cine para seguir dando nuestra particular visión de esta «gran fiesta». Ya está aquí la tercera jornada.

En la sesión de las 9:00, nos aguardaba, posiblemente, una de las películas más esperadas del festival, una comedia con el sello de Atresmedia, con bastante interés para espectadores y críticos, la comedia juvenil Cómo sobrevivir a una despedida. El plato fuerte del día se empezó a indigestar desde el principio. Con unas intenciones innegablemente buenas, un aroma a Resacón en Las Vegas demasiado acusado (distintos nombres pero situaciones más que similares), unas interpretaciones forzadas/innecesarias y una historia evidente y excesivamente obvia; la puesta de largo de la realizadora Manuela Moreno (Pipas (C), 2013) pivota entre la fanfarria y el espanto con descaro pero sin estilo. Lo que empieza como una despedida de soltera termina con una sucesión de chistes fáciles con poca gracia, intercalándose con mensajes de amistad, amor y demás movidas cercanas que edulcoran y mortifican un producto diseñado para entretener a la muchachada y sofocar al resto del público. Una verdadera sitcom made in Antena 3 muy en la onda de Fuga de Cerebros y Perdiendo el norte pero con menos chispa, relevancia y esmero en la ejecución, pero que aún así tiene todo para triunfar, para enganchar al gran público que solo busca entretenimiento en una sala de cine.
Ya en rueda de prensa la directora subrayó entre otras cuestiones que la idea principal sobre la que sustenta el film parte de sus propias experiencias personales basadas en su vida en Madrid (más en concreto en Malasaña) y que pretendía dar una imagen en clave de parodia del mundo hipster. Más allá de eso y tras confirmar que Resacón en Las Vegas ha estado muy presente en la concepción de la cinta, la directora confirmó una continuación de su obra en pantalla pequeña similar a lo ya visto con Allí abajo y un libro a modo de Spin-off. Parece que Atresmedia se sigue volcando en el cine y sigue encontrando un filón en la comedia ligera. Esto me suena.

Después de un inciso, y en el siguiente turno, el de las 12, presenciamos la segunda película del día: Matar el tiempo (sección oficial). Dirigida y escrita por Antonio Hernández, realizador de la poderosa En la ciudad sin límites y últimamente enfocado a series de televisión, su nueva propuesta se adentra de los maravillosos aunque ya sumamente explorados mundos del thriller para dar acción e intriga en un envase fresco pero incompleto. Prostitución, tráfico de órganos y sentimientos encontrados se entremezclan con soledad y desesperación, amparadas en una ambientación y estética cercanas a Open Windows pero menos enfocadas a lo grotesco. Le faltan condimentos al plato para destacar del todo pero la calidad está ahí y lo que ofrece es mejorable pero también distinto. Una versión descafeinada y sosa de las películas one man army de Liam Neeson, sorprendiendo a medias, pero arriesgando para cautivar al espectador. Interesante.
Después de estos dos primeros platos matinales, a lo largo de la tarde quedaban otras dos propuestas apetecibles, por un lado la calificada por sus propios creadores como comedia botánica Mirabilis (zonacine), una historia repleta de amor, plantas y relaciones cuanto menos curiosas, y la colombiana Las tetas de mi madre (territorio latinoamericano), un turbio recorrido por los bajos fondos de la prostitución, el sexo y las drogas contemplados a través de la visión de un niño.
Hasta aquí la crónica del tercer día, esto acaba de comenzar y aún queda toda la semana para seguir disfrutando de un espectáculo continuo, de cine con mayúsculas. Hay que seguir con la travesía, aun queda un precioso camino por descubrir, toda una semana de cine español y latinoamericano. No sabemos que nos deparará pero seguro que merece la pena.